La fe tiene su obra y la fe sin su obra es muerta. (Santiago 2:26) Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia.Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. (Ro.11:6)
Explicaba el apóstol Pablo refiriéndose a la obra que califica para justicia de Dios porque si no era hecha por la fe en Jesucristo era una obra muerta. Aquel pueblo que había dejado a Dios hacia su propia justicia bajo la ley de Moisés donde mataban y por eso no podían guardar la ley de Dios que estaba escrita en tablas de piedra los diez mandamientos la cual está bien clara..
Ahora la obra que te justificaría delante de Dios, era la obra echa con amor contadas como buena obra el fruto de la fe. Una fe con amor es una fe viva, es una fe de pleno conocimiento y la que te acerca a Dios por medio de Jesucristo. Algunas persona no entienden porque Pablo en una ocasión dijo que esto no era por obra para que nadie se glorié pues aquel pueblo cuando obraba bajo la ley se gloriaban pensando que ganarían haciendo así el cielo sin haber aceptado a Jesucristo como mesías y rey. Y están el otro grupo al cual Pablo se refería que pensaban que habían sido rescatados por Cristo por lo bueno que hacían anteriormente. Entonces el les decía no era porque ustedes hacían las cosas bien, sino porque Dios tuvo misericordia.
Entonces si por el amor practicamos la fe haciendo buenas obras ya no es ley, sino amor, y si es amor también gracia. Porque la gracia esta sobre aquel que hace la voluntad de Dios donde agrada con sus buenas obras al padre. Se le da esa gracia y entra en el reposo de Dios. Que el día de reposo por medio de la fe en Jesucristo no es el día sábado en si, sino que es la buena obra que se haga todos los días que vivimos. De forma que no se guarda un solo día como decía la ley. Donde todos descansaban de sus obras pero el pecado que era lo que no deja entrar al hombre permanecía porque la obra que había o la justicia salia torcida. El sábado no se hacía obra y estos pensaban que por no trabajar un sábado ya eran salvo pero no hacían obras ni siquiera buenas y hay eso los condenaba porque si veían a su hermano tendido en el camino no le daban la mano.
Tanta era la ceguera de aquel pueblo que en el día de reposo si caía un asno en un hoyo el dueño porque era de él lo sacaba, pero si el prójimo caía en el camino lo dejaban. Entonces hay Jesús sacó la parábola del buen samaritano que Dios no quería sacrificio sino misericordia, y ayudando al caído en el camino así se sirve a Dios y como acto de misericordia era mas excelente que cualquier sacrificio. Porque lo que pide Él es misericordia y justicia donde se ayude al oprimido, entre los oprimidos se encontraba las viudas a quienes saqueaban porque no tenía marido que la protegiera y a los huérfanos que lo hacían sus siervos por la deuda que dejo el difunto. Tenía que ayudar a la viuda y al huérfano en su sustento para obrar misericordia y justicia y hacían lo contrario por lo cual el clamor había llegado a oídos de Dios. Y Jesús expreso su indignación hacia tal religión.
No se puede hacer obra para aparentar ni para llevar merito y ser alabado ni por competencia, ni para querer mostrar a los hombres que tu eres mas santo. Pues toda buena obra es conocida por Dios y serás obrero aprobado cuando sale del amor, no de la imagen vanagloriosa que es una fuente amarga que brota del pecado, de ese viejo hombre que esta viciado en la carne que se levanta entre los hombres creyéndose ser mejores, merecerlo todo, de un espíritu de superioridad trastornado de un corazón altivo. Esa no es una cualidad de fe que Dios aprueba sino que la vanagloria es el engaño del corazón producido por el pecado.
Tenemos que entender, escudriñar el amor en su profundidad y capacidad para adquirir el conocimiento que falta para ser salvos. Porque el que salva es Jesucristo a través de el Espíritu Santo, pero el creyente entra en una evaluación donde tiene que tener cierto requisitos exigidos por la virtud gloriosa de Jesucristo. Si no los tiene el hombre no dará la media que necesita para entrar a la vida eterna.
Hemos leído sobre el ladrón de la cruz a la derecha del Señor como por su arrepentimiento con buena obra fue recibido. En ese drama el cual vivió y entre sus palabras encontramos justicia, misericordia, y arrepentimiento. Si no hubiera confesado con su boca no hubiera sido salvo. Su Buenas obras lo hicieron elegible para ser salvo de modo que Jesucristo le dijo: de cierto te digo que desde hoy estarás conmigo en el paraíso.
Comments
Post a Comment